viernes, 16 de febrero de 2018

Dualidades

A veces me preocupa ser dos personas conviviendo bajo la misma piel, dándose golpes contra el mismo corazón sin orden, sin medida, sin sentido. Tengo que escribir porque una parte de mí está dentro de una jaula hecha de palabras. Pero me aterra estar destruyéndolas, no quiero salir de los barrotes y así mostrar el contenido frágil que mira con temor los puntos suspensivos que dibuja el aire ahí fuera.

Soy tantas personas al mismo tiempo que no sé si peco de hipócrita, si estoy destruyéndome a través de la locura, o si simplemente soy tan compleja que no consigo unificarme. Algo así como un país deshilachado, como la URSS cayendo en pedacitos, como el cola cao flotando en la leche. Las islas de mi cabeza temen a los destrozos de mi corazón.

Ya no sé si soy la nueva chica fuerte o aquel cuerpo aplastado contra una almohada que solo anhelaba desaparecer. Unos días veo a alguien tan valiente que solo puedo dar gracias, pero otros deseo escupirme en el alma con cada silencio. Necesito que me comprendan, pero ni yo misma soy capaz de descubrir qué se halla entre mi sangre y la calma.

Ojalá el sarcasmo y la indiferencia ganaran la partida a la tonelada de terrores nocturnos que habitan en mi conciencia. Creo mis propias pesadillas estando despierta, soy los monstruos que viven en mis sueños, como antes, como hace años.
¿Sabéis cuál es la diferencia?
Ahora soy yo quien los mato.

M.A.G.

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