domingo, 25 de noviembre de 2018

25

Se me duermen las entrañas
si recuerdo que entre el blanco y el negro
aún queda azul.
Bajo las alas rasgadas
entre los huesos que chocan
aún hallo paz.

Mi cuerpo siente un sol que desconoce
que emite una luz cambiante
y no sabe cómo alzar la mirada
porque quizá lo ciegue.
Sigue en la misma encrucijada
sintiendo el abismo en la sangre
y noviembre en la piel.

Vuelve a dar otra vuelta el planeta
calcinado
en el que hoy crece vida
entre desolación y miedo.
El cielo sigue siendo tristeza
pero a veces llueve.

Respiro en esta atmósfera viciada
aún viva
bajo un calendario que me aplasta.
Debe quedar esperanza dentro de mí
si aún sé encontrar las palabras.
M.A.G.

martes, 14 de agosto de 2018

Más ruinas

Si sobreviví a la destrucción del universo, puedo vencer a cualquier ciudad ardiendo.
Por muy hermosa que fuera.

Vivo en unas ruinas 
cuidadas con esmero
casi como Roma 
pero con las bombas surcando cada cielo
que lloro al cerrar los ojos.

He viajado al centro del invierno
porque mi corazón ya es de nieve.
Y lo siento arder contra la sangre
y me quema el hielo sucio
que atraviesa mis arterias
cada vez que entiendo
que hay heridas 
que son para siempre.

No quiero decirlo porque ocultar la verdad
la aleja
pero sé que estoy rota
noto mis mecanismos estancados
como el agua densa y verde
obstruyendo mis huecos más tristes.

Sé que no hay arreglo
sé que he perdido
sé que el sol era un milagro
y ahora las nubes me sueñan.

M.A.G.

miércoles, 18 de julio de 2018

Palabras incorrectas

A veces me llevo la mano al pecho
para comprobar si aún tengo
corazón.

(Pregunta incorrecta)

Ese sucedáneo de ruido triste
no tiene nada que decirme
solo golpes.

(Respuesta incorrecta)

Entonces recuerdo.
Basta con eso.
Se rompe.

(Acción incorrecta)

Solo intento no ser un mecanismo roto
no buscar un brillo muerto en un pozo
necesito otra vida.

(Deseo incorrecto)

Por eso de noche desaparezco
entre sal, tierra y fuego
He llorado la luz.
Ya solo queda sombra.

(Conclusión incorrecta)

M.A.G.

martes, 26 de junio de 2018

Jarrón

Recuerdo que
cuando exhibía sin pudor
sus trozos rotos
bonitos y afilados
trepaban corazones tristes
aunque siempre
siempre
volvían a la basura.

Comprendí
que nadie quiere lo defectuoso
es normal buscar algo nuevo
en perfectas condiciones
sin marcas de bombas nucleares
ni cicatrices tan hondas
como los pozos donde ya
no tiran deseos.

Por eso
ahora he reunido los retazos
y finjo que el jarrón está bien
que los surcos irregulares
son solo caprichos del diseñador
pero soy consciente
de que nadie va a creerlo.

Sin embargo
a veces brilla
y algunos lo tocan con cuidado
pensando que nunca vieron
esas formas.
Creen que las manchas de sangre
son solo dibujos.

Parecen admirarlo.
pero es una ilusión
solo querían jugar con la imagen que proyecta.
No ven nunca más allá
y si lo hacen
huyen a cielo abierto.
Ya encontrarán algo en buen estado, piensan.
Jamás se lo reprocho.

Algunas noches
etílicas crónicas
rozo yo también
esas heridas en espiral
siento ternura por aquel jarrón
desearía ayudarlo
infundirle esperanza.

Como si la hubiera.

M.A.G.

martes, 15 de mayo de 2018

Volatilizar todo

Me gusta oír llover porque es como verme por dentro. Las gotas descomponiéndose al rozar el suelo me recuerdan al impacto de la opresión en el pecho contra mis órganos. Estoy desapareciendo.

Siento como si los abrazos me inundaran y claro que no puedo retener el agua. Vuelvo a tener 17 años y tanto miedo que me quema el humo de un fuego que nunca arde del todo. No creo que pueda luchar contra mis cenizas flotando.

Tengo el mar en las entrañas, tanta sal ha cristalizado mis arterias; apenas noto el peso del líquido que anega mis pulmones, mi corazón, mis deseos. Mis ojos no son manantial suficiente, no me bastan, no consiguen vaciar el abismo que guardo en el pecho.

Mi abismo canta una distopía inimaginable, una película triste con una nota discordante, un sueño entreabierto. No logro entender cómo sale tanta agua de algo que parece desértico y abandonado.

Soy tan vacío sin fondo. Tan ojalá sin deseo.
Algunos días ya no lo sé. Solo lo siento.
He desaparecido.

M.A.G.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Y claro que sé

Y toco las canciones tristes con mi cuerpo.
Y juro que me saben a piano y yo
no sé oírlo con las teclas justas
no sé rozarlo si no es con unas manos que cantan
lejos.
Y esta noche he llorado música sobre mi pelo
y he creído resucitar al oír en otras palabras mis secretos más brutales.
Y claro que sé cuál es la frase que termina el poema.
Otra cosa es que no quiera escribirla.
Y llevaba días sin rozar la tinta y me he visto arrastrada y apenas veo por la sal de agua. Y siento que es cierto, no necesito más confirmaciones, más teorías, más desvelos.
Y no sé si esto es poesía, vómito o llanto en prosa. Y claro que deseo poder contarlo.
Pero se me hunde el pecho, brotan lágrimas de canciones y miedo.
Y he comprendido que

M.A.G.

viernes, 16 de febrero de 2018

Dualidades

A veces me preocupa ser dos personas conviviendo bajo la misma piel, dándose golpes contra el mismo corazón sin orden, sin medida, sin sentido. Tengo que escribir porque una parte de mí está dentro de una jaula hecha de palabras. Pero me aterra estar destruyéndolas, no quiero salir de los barrotes y así mostrar el contenido frágil que mira con temor los puntos suspensivos que dibuja el aire ahí fuera.

Soy tantas personas al mismo tiempo que no sé si peco de hipócrita, si estoy destruyéndome a través de la locura, o si simplemente soy tan compleja que no consigo unificarme. Algo así como un país deshilachado, como la URSS cayendo en pedacitos, como el cola cao flotando en la leche. Las islas de mi cabeza temen a los destrozos de mi corazón.

Ya no sé si soy la nueva chica fuerte o aquel cuerpo aplastado contra una almohada que solo anhelaba desaparecer. Unos días veo a alguien tan valiente que solo puedo dar gracias, pero otros deseo escupirme en el alma con cada silencio. Necesito que me comprendan, pero ni yo misma soy capaz de descubrir qué se halla entre mi sangre y la calma.

Ojalá el sarcasmo y la indiferencia ganaran la partida a la tonelada de terrores nocturnos que habitan en mi conciencia. Creo mis propias pesadillas estando despierta, soy los monstruos que viven en mis sueños, como antes, como hace años.
¿Sabéis cuál es la diferencia?
Ahora soy yo quien los mato.

M.A.G.

domingo, 28 de enero de 2018

Siempre Roma

A veces sueño con Roma.

Siempre nos hemos parecido;
las ruinas, los escombros
el caos, los deseos.
El Síndrome de Stendhal perpetuo
el infierno bajo el mármol
y ese frío que te come por dentro
hasta nevarte las arterias.

Siento la playa cerca
pero nunca nunca nunca
alcanzo a rozarla
solo deambulo por aeropuertos
supermercados
cadáveres preciosos.

Intento hallar la diferencia
entre ella y yo
separar la herida de la carne.
Qué despropósito.

Estamos condenadas
a preservar delicadas formas esculpidas
en el eco de nuestras memorias.

M.A.G.