martes, 26 de diciembre de 2017

Campanas

Se oyen a lo lejos
tibias, certeras, inapelables.
Cantan, cuentan, continúan
herida tras herida
cicatrices en un calendario.

Se han arrancado las hojas
y tiembla el bosque.
Teme las llamas
aunque desea incendios
fuegos artificiales.
Otra metáfora
que murió en paradoja.

A veces las palabras
se vuelven más reales
que quien las emplea.

El reloj regresa y
a medianoche
llorarán las agujas
sonidos viejos.
2017
huele aún a vida.

2018
ojalá lo protejas.

M.A.G.

domingo, 22 de octubre de 2017

26/11/2016

A veces me pregunto
si la tristeza es simplemente
una enfermedad crónica
mariposas muertas
o una condena a vida.

Esa recta rota que trepa
por las arterias incendiadas
queriendo amputarme el corazón.
Mis reacciones químicas
se han vuelto fórmulas letales
y ni siquiera entiendo
las marcas que dejan en mis huesos.

Son las cinco y dieciocho y
vuelvo a llorar en el sofá
porque llueve en mis sombras.
En la oscuridad
caen gotas de recuerdos
ácido sulfúrico en la piel
el empujón de un suicida
la última canción de un pájaro.

Estoy destrozada por un pasado
del que no aprendí casi nada
solo a huir de la memoria
o a no pensar que
escribo esto
(una vez más)
porque mañana es mi cumpleaños.

M.A.G.

lunes, 2 de octubre de 2017

De epifanías y madrugadas

Hay un rayo de oscuridad
en un mar de luz desbordada
y brilla tanto
que las sombras han cubierto
de ramas mi memoria.

Hay casualidades
que son mapas en la piel
y brújula en las mariposas
porque a veces de repente
se inundan todos los huecos.

Hay estrellas desveladas
vagando por ojos despiertos
donde no llegan planetas
pero sí algunas miradas
cuando se unen esas líneas.

Hay inviernos que huelen a verano
y palabras que saben a abrazarse.
Así creo en las ideas azules
que se cuelan tibias por las noches
en mis venas radiactivas
en mi herida dibujada
en mis ganas de volar
cuando me crecen las alas.

M.A.G.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Siempre gana. Siempre pierde.

Esa chica fácil y adorable, que es sencilla y hace lo que los demás esperan de su sonrisa. Que nunca cae mal y escucha la música de moda mientras repasa sus sueños normales, sus recuerdos agradables. Que escribe esas frases amables que pueblan las redes sociales. Esa es la chica buena que siempre gana en la vida real.
No existen huecos para las chicas tristes y complicadas, que sienten las venas cargadas de poesía y de nostalgia, que diluvian en cada esquina oscura y que leen más libros que revistas. Da igual lo que os digan; no os creáis nada. El mundo es de las chicas simples y felices, las que no dan problemas, las que jamás están fuera de lugar. Nadie desea ya tormentas ni llamas. Lo proclaman a los cuatro vientos pero solo sienten miedo. Y el temor a la soledad solo lo vencen las chicas radiantes que no saben lo que es querer morirse, porque llegan a creerse que nunca lo sienten. Las chicas de azul apagado no huyen del miedo, ni de la soledad, la malencolía o la rabia. Quieren ser emociones, y no una sonrisa permanente y vacía que jamás dice nada porque realmente nada la inspira.
La alegría se ha convertido en una imposición social, más letal (cómo no) si eres mujer y por tanto objeto con el fin de agradar.
Este es el tipo de cosas que nadie busca leer, y quizá por eso me dejo el alma en cada palabra.
M.A.G.

viernes, 18 de agosto de 2017

La ventana de un autobús

¿Y qué si veo poesía hasta en los postes de electricidad? Conectados por cables que a su vez los separan, tristes y gigantes, esperando en su infinita paciencia el rayo que finalmente los parta.
Y los una.
Quizá no estoy aprendiendo nada a pesar de que cumplo años puntualmente cada noviembre cuando llueve. Tal vez en realidad no haya nada que aprender y tan solo estemos descubriendo errores nuevos que saben mejor.
Solo sé que si el mundo va a girar hasta que me explote el corazón, no seré que yo quien lo pare. Las metáforas de fuego siguen siendo mis favoritas, y prefiero ser llama a llorar las cenizas.
Sigo mirando por la ventana. Los postes han desaparecido y las nubes son de un gris transparente que me recuerda a la lluvia chocando contra el asfalto. Ojalá volar tan lento, tan suave. Creo que hoy mis alas son cerillas rompiéndose.
M.A.G.

jueves, 13 de julio de 2017

6 recuerdos

He vuelto a pegarle un tiro
a mi memoria.
Siempre sobrevive
tiene demasiada experiencia
y estoy cansada de acallarla.

Las edades del hielo
donde nada importaba
han naufragado
y no sé
si quiero un salvavidas
o una condena.

Me pesan los átomos de sudor
tengo barcos rotos
llorando lento en el suelo
siento el suicidio
de todos los órganos
pero los recuerdos lloran
incluso más fuerte que yo.

Estoy aterrada
cargada de metáforas inútiles
que cuando deseo vomitar
nunca llego al baño.
Sigo teniendo 16 inviernos
pero sin aquella fe ciega
en los milagros.

Las imágenes mágicas
que habitan en las paredes de mi piel
no son más que tortura continua
luz que agrieta los ojos
sangre envolviendo mis silencios.

M.A.G.

martes, 27 de junio de 2017

Cosas que me atormentan

Los dos amores de Coelho
las casualidades de Los amantes del Círculo Polar
todas las putas veces que fui cobarde.

1999, 2009 y las ironías
en forma de capicúa
(la tinta aún escuece)
el final de Héroes
lo imposible y lo improbable
el recuerdo de un balcón en Roma.

Los conciertos donde se quedó mi alma
con las ganas y Zahara llorando
el flan y el tirano
los recuerdos que nunca jamás
sucedieron.

El color azul
la tristeza
aquella voz que desangrándose
grita desde el bazar de mi memoria
McEnroe destrozándome
el primer libro que me rompió el corazón.

Ángel González
Canción para cantar una canción
y aquel "¿Recuerdas...?"
que si no brilla el Sol dentro
siempre
siempre
es invierno.

La autodestrucción de Cumbres Borrascosas
lo lejos que queda a veces el patio del colegio
el puto pánico
a los muertos del futuro.

La obsesión con los recuerdos
y la desgracia que arrastro desde la infancia
de no haber sido capaz de entrar en un libro.
M.A.G.

lunes, 29 de mayo de 2017

Crack

Se ha oído en todo el edificio abandonado
finalmente las vigas
han comenzado a derrumbarse.

Ha llovido el polvo casi como fina luz desarraigada.
La explosión ha sido preciosa.

Puedo rozar aún la superficie suave
de todos los cristales de colores
que han estallado ahí dentro.

La chica que vivía ahí ha salido corriendo;
iba tan guapa con su vestido azul.
Ha vuelto a su antiguo cuarto con todos sus océanos y recuerdos.

Aunque creas que la tristeza al fin se ha ido
recuerda que no hay casa, jaula, abismo
de donde no pueda regresar.

M.A.G.

jueves, 20 de abril de 2017

Planetas muertos

Imagino que en algún planeta
quizá en la órbita de un asteroide
perdido y brillante
las cosas me salen bien
o simplemente
no se destruye mi mundo
cada vez que parpadeo.

Tal vez en un universo paralelo
haya otra chica
que tiene pedacitos de vida en los silencios
y no cadáveres de tiempo
por toda la cama.

Que yo solo quería acertar
pero parece que mis victorias
son líneas sin escribir
en las páginas de mis recuerdos.

Las trazo suave, con cuidado
sin expresiones que me delaten
quiero que esto sea un suspiro
una lágrima minúscula
en una habitación abarratoda.

Escribir no soluciona nada
afrontarlo tampoco
y huir es absurdo.
Por eso lloro sin hacer ruido
hasta que mis palabras
se disuelvan en el espacio.
M.A.G.

jueves, 23 de febrero de 2017

Algo que escribí hace año y medio

He visto
a gente quererse por encima de sus posibilidades,
la pérdida de consciencia en mitad de un abrazo
y a un tren descarrilar sobre mis costillas todas las noches.

He recordado
lo que duele llorar las mariposas,
a qué sabe el silencio en una espalda,
todas esas putas cosas que nunca escribí
(pero que se quedaron en el centro de mis principios).

Quizá estoy olvidando
mis esquemas perfectamente torcidos,
la forma de gritar un nombre a las cinco de la mañana
o cómo rozan mis lágrimas los huecos de otra persona.

Tal vez nada importe
solo aquello grabado en piedra
en los ecos de mi memoria.

O tal vez solo necesite dejar de huir
de aquello que me muerde el corazón.

M.A.G.

domingo, 5 de febrero de 2017

Se querían

Se querían
más de lo que es posible
sentir
en toda una vida.
Lo lloraron
durante más de una muerte.

El amor profundo e insondable
como las rocas
igual de desoladoras
de contundentes
de absolutas.

Y no los entendieron
jamás pudieron ver que su destrucción predecible
radicaba en las palabras
que jamás se decían.

Porque en medio de tanta oscuridad
se miraban
y lo hacían arder todo.
Nunca estuvieron preparados
para esa luz
esa verdad
ese milagro.

Se querían
con la misma intensidad
que una bomba atómica.
Explotaron
y fue tan bonito
que hasta los fantasmas
aún sangran en sueños.

M.A.G.

martes, 17 de enero de 2017

Palabras de piel

Somos círculos abiertos
llorando letras en espiral
sobre un caos inaceptable.

Quizá la fe en los poetas
habita leve en nuestros cuerpos
cansados de tanta destrucción
vacía
trivial
estúpida.

Solo anhelamos palabras
una magia frágil
que salve lo insalvable.
Un SOS en morse
puntos y rayas
una espalda contra un lápiz
de piel.

La esperanza se largó
y escribimos
con el agua del pasado
océanos de recuerdos
encharcando un papel gris
de imborrables heridas
que ahora son sangre.

Hemos unido letras con entrañas.
Ya no pueden separarse
sin destrozarnos.

M.A.G.