domingo, 25 de noviembre de 2018

25

Se me duermen las entrañas
si recuerdo que entre el blanco y el negro
aún queda azul.
Bajo las alas rasgadas
entre los huesos que chocan
aún hallo paz.

Mi cuerpo siente un sol que desconoce
que emite una luz cambiante
y no sabe cómo alzar la mirada
porque quizá lo ciegue.
Sigue en la misma encrucijada
sintiendo el abismo en la sangre
y noviembre en la piel.

Vuelve a dar otra vuelta el planeta
calcinado
en el que hoy crece vida
entre desolación y miedo.
El cielo sigue siendo tristeza
pero a veces llueve.

Respiro en esta atmósfera viciada
aún viva
bajo un calendario que me aplasta.
Debe quedar esperanza dentro de mí
si aún sé encontrar las palabras.
M.A.G.

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