Las
notas se diluían
entre
versos blancos,
drogas
blandas
y
algunas heridas más.
Tú
eras la melodía más cortante,
el
re menor que siempre me quebraba,
la
única ambición peor que la poesía.
Sin
embargo nos gustaba rompernos
y
bailar entre la nieve acuosa de la ciudad,
entre
recuerdos que no son ciertos.
(Teníamos
cierta propensión al victimismo
y
al café demasiado dulce
y
a las despedidas eternas.)
Los
ascensores en los que jamás subimos
cantan
canciones pop apagadas
que
hablan de lo que tú y yo no hemos sido.
Quizá
sea lo mejor,
dejar
los bailes y los susurros a otros
para
jugar con los monstruos que realmente somos.
Aunque
siempre que vea esa película
estaré
condenada a recordarme en tus brazos,
y
a desear matarte a palabras
para
que descosas mi memoria
de
tanto amor y felicidad,
de
tanta música y nieve.
M.A.G.
Tienes un blog y unas entradas increíbles.
ResponderEliminarMe encanta la forma en la que expresas tus sentimientos, en serio, sin palabras. Aqui tienes una seguidora mas. Un besazo y te espero en mi blog: http://quieromorirmecontigo.blogspot.com
Muchas gracias, de verdad. Me pasaré encantada.
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