Carreteras vacías
esperan tenues que las alumbre
el silencio.
Entre voces que no frenan
y carriles embarrados
del humo de tus fallos.
Primer suspiro en re menor.
Las ruedas en su interminable
agotamiento cíclico
impulsadas por un motor
viejo, desgastado
(sin sueños en rojo,
ni sonrisas en verde).
Tu semáforo ámbar,
mis intermitentes
vacilantes
entre señales de stop
rotas, mustias, sangrantes.
Quién dijo acelerar.
Lluvia imperturbable
resbalando por mis cristales
resquebrajados.
Freno.
Esta madrugada se pierde
en tus asientos de abrazo.
(Eso querríamos creer).
Tu música aún suena
en la radio de mis párpados.
M.A.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario