Cuánto daño nos han hecho esos gritos incoherentes al cielo. Seguimos esperando que una fuerza invisible guíe nuestras manos a la piel adecuada, al segundo perfecto. Ni siquiera las señales nos satisfacen lo suficiente. Nunca llegamos a entender si son caprichos de nuestra mente o hilos invisibles producidos por el efecto mariposa caníbal.
Y aún nos arden las venas si pensamos que por fin ha llegado la descarga eléctrica definitiva, el mejor error de las constelaciones suicidas. Estamos absurda y maravillosamente jodidos.
Quizá la clave sea lanzarse al vacío y olvidarse para siempre de correr contra lo que uno quiere. "Las partes complicadas son las mejores" y todavía no han venido a susurrarme el fuego justo debajo de las cicatrices. Me equivocaría si dejara de llorar porque duele o porque brilla, me equivocaría si sacrificara cada suspiro que rozó las estrellas. "Es mi desastre" y joder, quiero hacerlo todo estallar.
Estallemos.
M.A.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario