A veces me quedo sin palabras
y marco una X de cristal
en todas mis quinielas.
Los escalofríos siempre congelan
mis tristes intenciones.
Porque quiero vencer al mundo
y nunca acepto un empate
porque las estrellas sangran lejos
y no sé medir las distancias.
Lo que escribo me persigue
no me gusta
lo odio
me encanta
lo olvido
lo rompo.
A veces lo guardo y lo duermo
con cuentos tan tristes
que las letras se deshacen
y mueren emborronadas
bajo mis manos de tinta.
Y es que soy mi propia trampa
un laberinto irrisorio
donde las cartas son altas
la jugada mediocre.
No quiero crecer más
solo dormir con los poemas
que jamás escribí
esas tormentas desatadas
con vida propia
agua ajada.
Quizá la verdadera historia
esté tan dentro de mí
que se escribe de noche
bajo mis párpados
con sangre
sobre mis huesos.
M.A.G.
Estas palabras desprenden tristeza. Parecen salidas de un alma atormentada.
ResponderEliminarPrecioso por otra parte. Un saludo.
Gracias, me alegro de que te guste.
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