martes, 15 de octubre de 2013

Carta desde el desastre

Desde un final cargado 
de puntos suspensivos 
que se prolongan irónicos
buscando alargar lo inevitablemente
muerto.
Un cadáver jugando contra el tiempo.

Desde ahí te escribo.
El terreno de las quimeras, 
de lo nunca sucedido,
de los recuerdos mentirosos
y los desvelos grises
en noches de humo sin cigarros.

Sin motivo,
(mentira)
demasiadas razones tullidas,
vagan por mi cabeza sin comprender
el por qué de su existencia rota.

No hay objetivo, no hay blanco,
ni remitente ni destino.
No es una carta con mensaje,
tan solo un conjunto de gritos en tinta
(con algunos silencios de papel)
y una firma en forma de parpadeo.

Podría en su lugar escribirte una factura
con todas las promesas que me debes 
y cada herida que me sobra.
Números sin sentido, palabras mudas
(y culpables)
convertidas en reproches de madrugada.

A eso nos hemos reducido.

Creo que prefiero la tristeza.


M.A.G.

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