lunes, 12 de enero de 2015

"¿Y quién dice que tienes que olvidar?"

Y yo lo entendí
cómo se comprenden las cosas que nunca te sueltan.
Algunas palabras te calan desde las vértebras al alma
donde la cabeza no cuenta
donde los precipicios inundan las ideas.

Hemos escrito tanto sobre el olvido
quejándonos de su ausencia
en el naufragio de la piel equivocada.
Qué inútiles.

La hipocresía de arañar el pasado
mientras piensas en la combustión de los recuerdos
(joder, el color de mis ojos)
y le echas un puto pulso al tiempo.


Solo se debe correr si aprendes a mirar atrás
aunque decidas no volver.

Cuando la razón es casi una broma más
solo queda la esperanza de no olvidar
que el olvido se parece a una trampa.

M.A.G.

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