jueves, 16 de mayo de 2013

Todas esas putas cosas que nunca te dije.

2:26 de la mañana, mientras me deshago en una de esas cartas que no quiero que leas.
No paro de preguntarme qué tipo de palabras suicidas son estas que me incitan escribirle a lo que ya solo es un fantasma en mi cabeza (y esa jodida mirada, y ese jodido amor grabado en ella).
Pasé de las alas que me daban los verbos en futuro a las anclas de los tiempos en pasado. Las cicatrices anteriores se convirtieron en meras cosquillas comparadas con las heridas abiertas en carne viva que aún me da miedo tocar, porque queman más que aquella chimenea donde queríamos parar el reloj.
Porque qué cojones me has dejado.
Un corazón que solo funciona a golpes.
Miles de números que ya solo sirven para doler.
Un fuego que arde sin llamas.
Ojos agitados, respiraciones que lloran.
Y toda una lista de poemas donde siempre juro que no volveré a escribirte.
Hay recuerdos en los que podría morirme todas las veces que quisiera, y no sé hasta qué punto es enfermizo.
Pero qué hago, si todas las paredes me causan claustrofobia cuando pienso en esta mierda.
Si te habría regalado todas las primaveras que nos hubiesen salvado.
Si me hubiera dado igual arrancar mil calendarios para que me abrazases solo una maldita vez más.
Odia las noches en las que me enredo con los huecos que han quedado dentro de mí, con toda la rabia aterciopelada y los gritos que llevan tu nombre.
Te has convertido en la tristeza que empaña mi vida cuando me descuido, en la razón más contundente para creer en aquello que tú me negabas:
Nadie quiere cristales rotos en su vida, nadie desea chicas a las que otros han hecho pedazos hasta convertirlas en cenizas y agua. Es todo una puta mentira, y ya no creo en nadie que me diga que puede arreglarme. Gracias por quitarme hasta la última esperanza de ser feliz.
Ojalá aquello que te dije hubiera sido una puta verdad, ojalá alguien consiga darte lo que fui incapaz de conseguir yo.
No me importa reconocer que espero que ahora seas feliz. Así mis destrozos equilibrarían la balanza.
Tal vez sea la única chica de la ciudad que vive un invierno dentro de la primavera.
M.A.G.

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