sábado, 28 de julio de 2012

¿Qué es esto?

Algún día.
Algún día dejaré (o seré capaz de) que mi tristeza empapada resbale por cada una de mis palabras.
Inyectaré todas las lágrimas, una por una, con delicadeza, en las letras. Las dotaré de alma realmente, plasmaré todo lo roto en ellas.
Dejarán de ser emociones por escrito.
Serán (solo, simplemente, nada más) emociones. Las mías.
En estado puro, en dolor que se clava, que hiere
(y que a veces mata).
Ese día sabré escribir de verdad. Tendré la verdadera capacidad de ello.
De morir, de resucitar,  de perder el aliento por (en) unas palabras.
Mientras tanto, lo intento. Me intento. Poco más que explicar.
¿Sabes? No existe relación entre estas palabras y tu voz (¿no?)
Pero, te echo de menos. No sé echar de más aquello que me hace daño.
Quizá por eso te necesito tanto.
Solo hiero, hiero, y a veces salvo.
Decide qué prefieres. Intentaré no hacer lo contrario.
M.A.G.

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