lunes, 23 de julio de 2012

"Un día me iré. Me iré de verdad."

La claustrofobia provocada por el mundo me asfixia, por enésima vez. Tan simple como depender de una serie de cosas para salvarte y que todas desaparezcan. Tan simple como pasar días de magia, verte rodeada de personas increíbles y de repente, el cambio de estar sola y con una cantidad inmensa de pequeñas tristezas.
Y decir "ya no puedo más". Y pensarlo. Pero especialmente, sentirlo.
Vivo muriendo de frío, vivo perdiendo todo lo que quiero, día tras día. Vivo viendo como morir no es solo el final, sino algo excesivamente lento y cotidiano. Vivo gritando con la mirada, esperando a que alguien se dé cuenta y sepa qué palabras decir en qué momento.
¿Vivo? ¿O sobrevivo? En días como hoy, lo segundo. Días últimamente demasiado repetidos.
Es como observar un espejo y parpadear, esperando que la mirada se aclare, que la tristeza se vaya. A veces lo hace. A veces una felicidad intensa vuelve durante un tiempo. Pero siempre se termina, más rápido de lo normal. Siempre me quedo sola, de pie, con la mirada perdida. Con el corazón perdido. Sin mí.
"A veces pienso que es un don olvidar." ¿Lo es? Sin recuerdos no seríamos nadie, nada. Aunque puede que sea mejor eso a ser lo que soy.
Quién sabe. Yo ya no sé nada.
Hay quien dice que los corazones no se rompen, y quizá sea cierto. Quienes se rompen son las personas.
Nos rompemos unos a otros, como quien hace pedazos una hoja de papel. A veces nos cortamos en el proceso. Qué curioso.
Hoy ni siquiera me apetece hablar de las ironías que he tenido en la cabeza toda la semana. Aunque siguen presentes, siguen mirándome desde algún rincón de mi cabeza, con cierto interés.
Y sin embargo, esta tarde en lo único que pienso es en haber perdido música, en tener el labio hecho una mierda, en necesitar revivir esta semana y en echar de menos algo que no pertenece a mi pasado (o eso creo o quiero creer).
Se me escapa todo de las manos, y empiezo a perder las ganas de retener nada. Y eso me aterra.
Ya solo me queda confiar, esperar, creer.
Ya solo quedo yo. Y eso es inmensamente triste.
M.A.G.

2 comentarios:

  1. Cuando te sientas tan perdida corre. Y si sigues llorando sigue corriendo.
    Verás como esto al final es sólo otro mal trago.

    Prometo que yo no voy a romperte. :*

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  2. Muchas gracias bonita, lo tendré en cuenta.

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