lunes, 25 de junio de 2012

Penúltima carta a nadie

Miedo. Pánico más bien. Rabia, quizá. La sensación de vértigo aumenta. ¿Qué hago yo aquí? ¿Hacia dónde voy? Desconcierto. Ansiedad. Y lo que quedaba de norte, perdido.
Es como ahogarse ¿sabes? Boqueas, buscas aire, una salida, una solución... Pero solo tragas más y más agua. ¿Qué queda entonces? Respirar ya no es lo mismo que antes.
Tengo la sensación de que me equivoqué rellenando un formulario y de que me he quedado atrapada en una tela de araña de la que ya no sé salir. Y la asfixia, la presión... Acabarán conmigo. No puedo seguir. Necesito aire, necesito miles de cosas que no tengo. Me necesito a mí misma. Pero de otra manera. Y no quiero cambiar. Lo que me deja estancada, perdida, sola, aterrorizada. Con la vida mirándome a los ojos y yo sin tener el valor de sostenerle la mirada.
Cierro los ojos. Me concentro. Me evado y teletransporto a otro lugar. Juego con los problemas, intento acorralarlos uno a uno. Pero no es tan fácil. Nunca es tan fácil. Ni siquiera respirar lo es.
A veces me gustaría disponer de una hoja de reclamaciones para mí misma. Rendirme cuentas. Exigirme que repare los errores, que arregle las cosas como debe ser. Y sin embargo, aquí estoy, escribiendo palabras que solo me importan a mí y que carecen de sentido para el mundo. Nunca sabré salvarme. Siempre acabaré mirando al cielo mientras me hundo entre mis palabras y me quedo con ellas, abajo del todo. Mi fondo, mi abismo. ¿Qué más podría no perder? El resto se evapora, mientras que lo escrito se queda entre mis hojas, me reconforta. Intenta salvarme. Algo es algo. Aunque solo sean intenciones.
Me esfuerzo en buscar un sentido, tampoco pido más. Una dirección, una base. Algo sólido, que no sea como yo. Que no sea un conjunto de temblores de rodillas y miradas húmedas. Tampoco creo que sea tan difícil.
Quizá. Otro quizá, número infinito a estas alturas. Y yo con tanto vértigo...
Solo me queda perdonarme a mí misma, y luchar. Es lo único que hay, al final.
Quien quedo solamente soy yo. Y algunas palabras sueltas.
M.A.G.

2 comentarios:

  1. Afortunadamente sí que tenemos esa hoja de reclamación... NUESTRA PROPIA VIDA. Solo tenemmos que decidirnos qué hacer y cómo hacerlo. Si el cuando no es el preciso, si el cómo lleva errores, si el qué no era el adecuado... TENEMOS TODA UNA VIDA para reclamarnos, para rellenar otro formulario... PARA SEGUIR VIVIENDO y APRENDIENDO.
    Ánimo cuando menos te lo esperes, el respirar será más facil y si no lo es, recuerda que aunque con dificultad... TIENES LA GRAN SUERTE DE PODER SEGUIR HACIÉNDOLO.

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  2. Gracias, es una bonita forma de verlo...

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