domingo, 20 de mayo de 2012

"Ahora da la sensación de que todo está en mis venas"

¿Cómo las canciones pueden contar nuestra puta vida en 3 minutos? A veces se clavan y duelen tanto que cualquiera diría que son otra parte más de nuestro cuerpo, una prolongación más de los recuerdos.
Y quizá lo sean. Al menos ellas se quedan, aunque nos hagan llorar, nos desgarren y a veces nos obsesionen. Pero no se van, no cambian, siempre son las mismas. Consuelan y salvan en la misma medida que nos rompen por dentro. Compensan el daño. Las personas no suelen hacerlo.
Tal vez por ello me lleve mejor con mi iPod y mis palabras que con el resto de la gente. Nunca es suficiente para nadie, da igual quién sea. Siempre me toca conformarme con lo que haya, mientras me exigen a mí que dé todo lo que tengo. Y lo doy, siempre lo hago. Por eso me aniquila tanto el hecho de no ser nunca suficiente. Es algo a lo que cuesta (y mata por dentro) acostumbrarse.
"Ahora da la sensación de que esto está en mis venas... circulando en mi interior, retorciendo mis arterias." Es lo que hay. Una pena ¿no? Vivir en espirales de canciones, palabras y recuerdos. Cada día es más fácil, me digo. ¿Me miento? No lo sé. Solo intento recomponerme como buenamente puedo. No obstante, sé que estoy rota, rota de verdad. Como un cristal más, que corta, que destruye todo lo que toca. Intento solo destrozarme yo; nadie se merece que proyecte mi daño hacia el exterior. Quizá por eso a veces estallo y salgo volando en mil pedacitos.
Aún queda algo de inocencia, aún tengo fe en mis sueños de siempre. Lo que estoy perdiendo es la fe en mí. No es fácil cuando alguien te hace quererte desmontando todas estas teorías y luego resulta ser la demostración más evidente de que estaba en lo cierto. Qué irónico ¿no? Toda mi vida es una ironía en forma de capicúa últimamente. Santi, cuánta razón tenías en ese disco... Y en esas dos canciones, principio y final (del final).
Canciones, otra vez aparecen. Lo que me queda es eso, la música, las palabras... y los recuerdos.
Y con ello convivo, día a día.
"Y ya no puedo coserme, reinventarme ni quererme. Ha sido todo tan raro, sucedió todo tan fuerte..."
M.A.G.

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