martes, 29 de mayo de 2012

M

No sé sobre qué quiero escribir. Me pregunto si se deberá a que realmente no sé lo que quiero.
Antes todo era nítidamente cristalino, era yo, era él. Ahora soy solo yo. ¿Os dais cuenta de que he dejado de utilizar la segunda persona del singular? "Tú" es ahora "él". Quizá sea el olvido prematuro, quizá las ganas de echar a volar. Quizá que mis sueños están empezando a ganarle la partida a mis recuerdos.
Hoy tengo ganas de seguir adelante, aunque aún no entiendo bien por qué. Me siento extraña. La chica del espejo y yo no nos entendemos. Y eso que compartimos ojos y suspiros.
Ojalá supiera vivir en una canción. O en uno de mis libros. Incluso en aquel cuento...
Quiero vivir, dejarme llevar (había escrito inconscientemente llorar. Ah, si es que no cambio...), salir corriendo, continuar mi historia.
¿Me estoy salvando? Tal vez. Voy a dejar de pensar, solo quiero sentir y escribir. Quererme.
Estas palabras parecen aleatorias, sin sentido, sin un hilo que las conduzca. Pero ese hilo está, invisible para todos, excepto para mí. Mis palabras soy yo. Lo inconexo forma parte de mí, como mi risa de niña y mi voz a veces demasiado dulce y otras demasiado triste.
Contadme cuentos que yo aún no sepa. No quiero más historias con final rutinario, solo besos en el cuello en el tejado más alto de la ciudad. Lo que no quiere decir que no busque continuidad, algo de estabilidad (que no equilibrio, que no frialdad), un suelo sobre el que poder mirar al cielo con una sonrisa.
No hace falta que me entendáis... No necesito que nadie lo haga en realidad. Solo busco provocar sensaciones, solo busco dejar huella.
Solo busco un motivo. Alguien que sea un "tú" de verdad.
M.A.G.

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