miércoles, 9 de mayo de 2012

"Para empezar, diré que es el final"

Si algo he comprendido sobre mí en estos años, es lo bien que se me da evitar bajo capas de palabras tristes lo que en realidad deseo decir.
Quizá es que ocurre como en el epílogo de 1999, que voy a necesitar diez putos años para ser capaz de escribir la historia.
O que todavía me da miedo hablar en pasado, decir que me resigno, que adiós, que es el final de los finales.
Creo que aún no puedo soportarlo, que aún estoy esperando mirar el móvil y que vuelva esa sonrisa a mi cara, que todo recupere su curso habitual. Qué fácil es acostumbrarse a algunas cosas.
Solía decir que antes estaba rota, pero creo que me equivocaba. Si no entonces, ¿cómo se le llama a esto? No sé si existe un nombre, pero creo que tampoco es necesario. Solo sé que vivir se ha convertido en algo automático. Que a veces es como si me observara desde fuera y me dijera ¿esta soy yo? ¿qué estoy haciendo? ¿cómo he llegado aquí?
Y sonrío. Por inercia. Casi todo el mundo se lo traga y me siento como la mejor de las actrices. A ti nunca he sido capaz de engañarte. Quizá debería aprender.
En realidad, no sé si debería escribir todo esto. Tal vez haya gente que se ría de ello, que lo vea absurdo, o incluso triste. Pero es lo que hay. Lo que pienso y lo que siento. ¿Recuerdas? Y esta vez no estoy citando a Ángel González.
A día de hoy, puedo afirmar que soy una de las chicas más ingenuas del mundo. A veces maldigo mi inocencia. Otras me pregunto ¿qué sería sin ella? Estoy cansada de observar como todo el mundo deja de creer en las hadas, de tener fe, de soñar. Me apago entre tanto cinismo, y mi mirada de niña está demasiado empañada como para reaccionar.
Y el texto sigue, pero está guardado en mi ordenador. No creo que deba leerlo nadie. Solo tú. Es la historia. Nuestra historia. Si alguna vez te llegan estas palabras por casualidad, dentro de un tiempo, quizá te preguntes cómo la cuento, qué frases utilizo. No es un cuento, no se parece en nada a aquella historia, la primera que me contaste (cómo ha cambiado todo ¿verdad?). Es simplemente una despedida, un "fin" rodeado de toda la emoción que contengo estos días.
Algún día, quizá, las palabras de verdad lleguen a su destino.
Tal vez.
M.A.G.

2 comentarios:

  1. Yo siempre que algún día puede ser mañana, nunca se sabe cuando llega ese día y créeme, muchas veces llega.
    'I do believe in fairies' pocas personas creen ya en la magia, pero seguramente esté por todas partes...
    Me encanta el texto, muchísimo y supongo que es porque me siento así. Incapaz de contar esa historia.

    :)

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  2. Ya ves... Yo no dejo de creer en la magia, porque si no creemos, poco a poco deja de existir...
    Muchas gracias, a mí me encantan todos los tuyos, ya lo sabes. :)
    Esa incapacidad... Supongo que hay cosas que ni nos caben en las palabras.

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