lunes, 21 de mayo de 2012

Todo está perdido.

Qué frase más corta y sencilla ¿verdad? Y sin embargo su significado es abrumador. Contiene tanto sentido, tanta rabia, tanto dolor... Es una sensación que me inunda y me desborda, que adquiere forma de canción, de recuerdo o de una simple palabra.
Es como escuchar 'diecinueve', cerrar los ojos y abrir la boca para dejar que se escape un suspiro (y que se entrecorte, dando lugar a una triste, tristísima, respiración ahogada).
"Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas como diminutas patas de ciempiés..." Cómo llega a quemar el fuego apagado. Cómo llegan a agitarse las mariposas convertidas en cenizas. Ese fin en negro, ese "oh cállate". Hubo un día en el que todo eso eran incendios de nieve. Ahora no hay nada, tan solo ese puto guion enfermizo, esos instantes que yo congelé porque sí, porque temía con toda mi alma que fueran los últimos (cuánta razón tenía, esa puta disculpa que te di no te pertenecía, porque al final era yo quien estaba en lo cierto, por mucho que nos pese).
Solo queda humo, solo queda nada (poco más de lo que soy yo). Y que cuando parezca que las cosas pueden ir a mejor, cuando te dices "si ya está casi olvidado en realidad", vuelva cualquier pequeño detalle en forma de cristal. Sonrío con ironía. ¿Olvidado? Y una mierda.
¿Sabes? Nadie gritó con más ganas que yo ese "Putas ganas de seguir el show, ni de continuar mintiendo..." el viernes pasado, mientras se consumía en un millón de lágrimas atragantadas. Pero eso ya no le importa a nadie (es decir, a mí).
Me consumo como una vela apagada, sutilmente, sin que nadie se percate, sin que nadie a mi alrededor se dé cuenta. Y a veces me gustaría gritar "eh, estoy aquí, estoy aquí y nadie me salva". La culpa es mía, por ser tan buena actriz.
Últimamente mis días tienen forma de altibajos, y me dejo llevar, me arrastro, sin saber ya ni siquiera dónde estoy. Aún estoy esperando que alguien consiga salvarme de verdad.
Y sin embargo, tengo la sensación (la puta sensación) de que ese alguien a quien espero eres tú.
Es decir, que es como si esperara a nadie, ya que ambos sabemos que no volverás.
M.A.G.

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